miércoles, 12 de diciembre de 2018

TRIBUTO EN SANGRE, saga familiar.

Pasear por la literatura de MARISOL MARRERO HIGUERA, es toda una aventura y poder participar con el prólogo, un regalo y un verdadero honor. Se puede descargar gratuitamente al final de este escrito.


Su pluma nos regala una semilla más de la cosecha de Elías Torres. Con el trabajo de investigación plasmado en Guía Genealógica de Araya Las Cuevecitas y Malpaís. Toma como base esta rigurosa publicación y junto a su imaginación experimentada, y única, nos presenta la historia de la descendencia guanche, que llega a nuestros días.
Su magia consiste en entrelazar el tiempo desde la llegada de los castellanos, y la supervivencia del pueblo a través de la imagen de María de Adexe. Desde entonces hasta la actualidad más reciente familiar, Marisol Marrero, nos lleva por los márgenes de barrancos insulares con su especial visión de la historia, con un marcado acento femenino desgrana la convivencia de descendientes guanches.
Orgullosa del apellido Higuera, de la que es portadora. Relata cómo nace por la astucia y coraje genético de esta estirpe.
El pertenecer a los Marrero, que la unen, definitivamente con los aborígenes isleños.
La historia novelada de su rama paterna los Torres, dónde las mujeres de su linaje le trasmiten las señas de identidad más sobrenaturales, dónde aparece el romanticismo que toda buena historia tiene. Las luchas transversales de sus miembros por pertenecer a una Tierra que no les pertenece a ellos.
La especial relación con su madre, una mujer elegante, adelantada a su tiempo, con un sentido de la belleza indiscutible, que les trasmite a sus hijas. Una sensibilidad que le hace fuerte en momentos duros de emigración.
La figura paterna, como guía de su infancia, que atrapa para mostrarnos la naturaleza de un país hermoso y a la vez, al duro trabajo, que describe como un guerrero.
Marisol Marrero consigue enlazar las ramas familiares, que aportan los apellidos de sus antepasados, con los relatos que resuenan en mucho de nosotros. Porque cuenta nuestra historia, con todos los giros que ella les da. Pero nos regala, el deseo de buscar nuestra propia identidad y novelada o no, VIVIRLA.
Toñi Alonso Rodríguez

Gen de Candelaria:
TIBUTO EN SANGRE, saga familiar

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jueves, 1 de noviembre de 2018

Noche de Finado

Noche de Finado o Finaos se está convirtiendo en un acto reivindicativo de tradiciones. Cuando se empieza a discutir una opción tradicional local, con una anglosajona o celta, como acabo de leer, que va teniendo sus adeptos, sobretodo jóvenes, esto se nos está complicando. Pero yo por edad, afinidad, gustos y transmisión oral familiar, intento contribuir a rescatar una tradición que va mas allá de los sentimientos.

Visitar los cementerios y adornar con flores las tumbas de mis antepasados, se convierte en honrar su memoria y su legado. 
El 31 de octubre, en la tarde-noche nos reunimos parte de la familia para hacer los ramos de flores, embellecer el panteón familiar y diferentes nichos, para terminar con una cena familiar que una de mis primas nos regala, esto se ha convertido en un encuentro especial. Este año, también pude contarles mis descubrimientos genealógicos, y compartimos alrededor de la mesa, en un ambiente de respeto y cariño de dónde venimos. Fuimos nombrando abuelos, bisabuelos, tatarabuelos,... anécdotas de infancia, etc. 
Mientras, en el salón los más pequeños, disfrazados de calabaza, muertos vivientes y esqueletos, se divertían con sus juegos, lo de truco o trato y repartirse golosinas, dio paso a las risas infantiles.
Si somos capaces de alejar la mirada, los espacios estaban bien definidos, los adultos con las castañas, los dulces y los cuentos de nuestros "muertos", y los pequeños, con sus juegos divertidos de esa magia que viene de "afuera". Y todo eso, también nos define, somos un pueblo "esponja", que es capaz de convivir con culturas diferentes y hacerlas nuestras.



En la fotografía, el panteón familiar, en un cementerio abierto de noche, dónde se "enramaba" con profundo respeto hacia los que nos precedieron.

Otra costumbre que solemos repetir, es encender luces, en memoria de los que ya no están. Esa luz que muchas veces nos intriga, nos apacigua y como no, nos muestra el camino. Ellos que se fueron antes, algunos dicen, que nos iluminan a los que vamos detrás de su estela.






Y desde hace unos años, un amigo nos invita a una fiesta-comida que lleva realizando desde hace mucho, también como tradición desde el norte de la Isla de Tenerife. Nos reencontramos cada 1 de noviembre, para festejar a nuestros ancestros. Me resulta, curioso que sin pretenderlo, mi pasión por la genealogía, por nuestra historia, se concentre en un día tan señalado. 














En mi pueblo de Candelaria, los grupos creados en las redes sociales, Candelaria Hoy y Candelaria Forever, han conseguido rescatar una tradición de reunirse en torno a una mesa, con castañas asadas, vino y parrandas. Con un objetivo, honrar la memoria de los antepasados con las mismas "armas" que ellos utilizaban el respeto a lo que les enseñaron. Muy orgullosa de mis vecinos y amigos, que cada noche del 31 de octubre, llenan el barrio de Santa Ana de respeto y cariño.
También unas calles más allá, los más jóvenes celebran el Halloween importado, como antes les decía, conviven el ayer y el hoy para armar un mañana que deseo sea acertado, y sigamos comiendo castañas asadas con un buen vino en su memoria.
Gracias a todos los que hacen permanecer el interés por lo nuestro.

domingo, 30 de septiembre de 2018

Medalla de Oro de Tenerife a Banda Las Candelas

Cuando Lourdes Rodríguez me invitó a la entrega de la medalla de Oro de Tenerife a la Banda Las Candelas, no tardé en contestarle que les acompañaría con mucho gusto. No sabe ella, lo que significó para mí, pero ahora se lo voy a contar.


Banda Las Candelas, Concierto homenaje a Daniel López Fariña Fotografía del Facebook Ayuntamiento de Candelaria  





 Se crea la Banda de música, y Abilio Alonso comienza a crear su sueño, empezaron en los bajos del Colegio Príncipe Felipe, yo era una de las "chiquillas" que aprendía solfeo con Silvia Alonso, mi torpeza en este campo la supo endulzar con su temple y paciencia. También estaba presente cuando se trasladó al Tele Club de la Calle La Arena, así que, la Música estuvo presente en mí vida desde entonces.

En aquellos inicios, estudiábamos solfeo y nos presentaban de manera libre al Conservatorio de Música de Santa Cruz de Tenerife, el día del examen los nervios normales del momento se unía a lo desconocido, al miedo que me suponía enfrentar un examen ante profesores de música que tanto había oído hablar, y en el tribunal estaba "Tinito", así llamado al profesor Agustín Ramos, en la actualidad hijo predilecto de la Villa de Candelaria. Un profesor respetado y admirado desde que supe de su existencia. Pues ese examen no lo superé, me superó a mí el nerviosismo, pero tuve de recompensa unos caramelos que Agustín Ramos, me entregó al ver como lloraba desconsolada por no poder ofrecer todo lo que me habían enseñado... Después de los años, cada vez, que nos vemos y es con frecuencia, recuerdo aquellos caramelos y su bondad, que con el paso de los años no ha perdido. Gracias profesor.

En el Auditorio Adán Martín, se respira alegría, a medida que vamos ocupando asientos, muchos vecinos nos saludamos, hay mucho Candelariero en las butacas, y todos con una sonrisa porque la medalla de Oro de Tenerife nos llena de orgullo. Nuestros músicos están preparados, comienza el acto y relatan la historia particular de nuestra Banda, y comienza su actuación con la pieza "San Sebastian" de Juan Abilio Alonso Fariña... Cuando Abilio padre se dispone a dirigir, la emoción me embarga, no puedo retener unas lágrimas ante el recuerdo de aquel muchacho que tocaba el oboe. Juan Abilio se marchó pronto, muy pronto, pero quedará para siempre su música.
Abilio Alonso, forma parte de la historia de nuestro pueblo, yo lo recordaré por muchas anécdotas y sobre todas ellas, su energía a la hora de mover la batuta en los conciertos, esa energía es única e irrepetible.
Ahora, es su nieto Mauro Fariña Alonso, quién les dirige, incluyendo a su abuelo Abilio, pero de otra manera, también los cambios generacionales aquí se manifiestan.



El Tele Club, dónde mi padre fue el encargado de su mantenimiento y de la pequeña cantina que poseía, ha visto pasar muchos chiquillos, y chiquillas, unos han sido de renombre, como Emilio Coello Cabrera, de quién tocaron la segunda pieza, ahora sí al frente su director Mauro Fariña Alonso, otros, maravillosos músicos de pueblo y otros, como yo simplemente amantes de la música.




Poder distinguir el sonido de un clarinete, una trompeta, una flauta, etc. es gracias a Abilio y Silvia Alonso. Ahora disfrutar de este arte, es gracias a todos los músicos que la componen.

Para todos ellos, mi felicitación por el hermoso trabajo que ofrecen.



La entrega de la medalla de Oro de Tenerife a la Banda Las Candelas, es un merecido reconocimiento, que viene a culminar un año de nombramientos, ya que este mes de Agosto, también se entregó la medalla de Oro de la Villa de Candelaria, por su trayectoria y labor.




Mientras mis ojos recorren el escenario, voy encontrando caras de amigos de la infancia, mis primos, los hijos de mis vecinos... Esa Banda, es más que un grupo de músicos tocando, son un trocito de cada candelariero, son la alegría, la cultura, y la esperanza de seguir para ser excelentes.




Felicidades a todos.



miércoles, 5 de septiembre de 2018

Cuando el pasado se hace presente


Mientras se escriben nombres de antepasados con sus fechas y lugares de nacimiento y muerte, unas energías desconocidas revolotean. Cuando descubro un documento nuevo, un censo poblacional, una fotografía desconocida o un nuevo camino para investigar, un mundo nuevo despierta. La historia familiar se arma poco a poco, igual que un rompe cabezas y de igual manera se escribe la historia de nuestros vecinos, nuestros pueblos, la historia universal que comenzamos con algún familiar.
En mi historia personal hay de casi todo. El arranque de la misma es en Candelaria, la Villa mariana donde la imagen de la Señora con la candela, marcará los destinos.

Unas raíces isleñas y emigrantes, el primer miembro de la familia en emigrar a las Américas fue Juan Torres Castellano en torno al año mil ochocientos cincuenta y pico a Venezuela. Este candelariero casado con Fabiana natural de Arico se adentra en el Nuevo Continente en busca de fortuna. Allí nacen sus tres hijos. Francisca , Amalia  y Juan quienes vuelven a la isla, Se establecen en Candelaria donde disponían de inmueble y tierras de su progenitor.

Fabiana María de la Concepción Pérez Gómez


Seguir el rastro de Fabiana ha sido toda una aventura, en la que han participado genealogistas amigos, y sobre todo el Archivo Histórico Diocesano de La Laguna, donde la paciencia me acompañó para regalarme los asientos dónde conseguir hilar la historia particular de esta mujer nacida en 1842 en la Villa de Arico, sus padres naturales de ese municipio y sus abuelos paternos naturales de Arucas en Gran Canaria, las migraciones insulares les trajeron hasta la isla de Tenerife.

Fabiana se casa en Candelaria el 17 de julio de 1866, con Juan Pablo Torres Castellano, en la parroquia de Santa Ana. 
Se pierde la pista y volvemos a saber de ella cuando nace su primogénita, Francisca ó  Frasquita en Venezuela, corre el año 1888.
Esta mujer de mirada segura, se me antoja que los vaivenes de la vida, le hicieron fuerte. Un espíritu luchador, ya que fue capaz de seguir a su esposo a otro continente y formar una familia, y volver de nuevo a su tierra. 
El 15 de abril del año 1914, muere en Candelaria a los 80 años.

Fabiana María de la Concepción Pérez Gómez, que así fue bautizada, se convierte en el enigma descifrado que me ha proporcionado un sentimiento difícil de explicar, cuando en los legajos encontré su nombre escrito y relataba su matrimonio, no pude evitar que unas lágrimas se escapasen. Si tenemos que explicar como se toma la decisión de emigrar y retornar y contribuir a la riqueza de un país, con la historia de mi Tatarabuela Fabiana se puede explicar muy bien... Con coraje.

El presente es una gran familia, con muchos emigrantes, entre Canarias y Venezuela, dónde alguno de sus descendientes emigran a la Península Ibérica y otros más cercanos en su descendencia, lo han hecho en varias ocasiones, primero a Venezuela, y ahora a otro país europeo. Con el corazón dividido entre el país que le vio nacer, el que le vio crecer y un destino incierto para saber dónde terminarán sus días... En definitiva, el pasado que parece tan lejano y que se nos muestra como el presente no es tan distinto de aquellos años de finales del ochocientos.

Fabiana, es otro personaje femenino que su trayectoria vital nos muestra el tesón, coraje, valentía, en un momento histórico duro para las mujeres y a pesar de todo, construyó una historia de ejemplo sin saberlo... El pasado es presente cada vez que se le recuerde.


Bibliografía: Documentos para la historia de Arico: la población entre 1640-1900 autores: José Antonio González Marrero, María Mercedes Chinea Oliva y Sergio A. Oliva López
Archivo Histórico Diocesano de San Cristóbal de La Laguna
Fotografía: Archivo familiar de R. Marta Rodríguez Marrero




miércoles, 25 de abril de 2018

Con motivo de la exposición de Gladys de Armas Ensayo para Flores.








Caen los hilos invisibles, y
Aparece la vereda solitaria
Se iluminan los colores
de las flores,
Y aquella Cala elegante y
deslumbrante
aparece ante nuestros ojos
como bailarina de un vals,
La Cala se adentra para
estallar los sentidos
Y solo se puede danzar,
sin la vista apartar.
Nunca antes sentí
que una luz bañé mis ojos
con magnífica caricia.
Gladys si sabe dibujar lo
que yo siento.

jueves, 25 de enero de 2018

Aniversario




Caminar despacito por la Calle la Arena y respirar el olor a mar del Charquito, me lleva al roce de tu mano, esa mano grande y estallada del quehacer diario, esa mano fuerte que asegura mi equilibrio, esa mano que levantó la casa dónde crecimos, aquella que te hicieron cambiar el balcón dos veces porque daba a la plaza, y tenía que ser de madera… cuanto esfuerzo para conseguir un techo digno dónde guarecer a tu familia. Pero tú lo conseguiste y sigue siendo una de las casas más vistosas que se asoman a la Plaza de la Patrona, sigue arropando a tus descendientes, sigue aguantando los vientos costeros como huracanes a veces.
Esas manos que volvieron a construir otro hogar dónde pasaste tus últimos años, dónde conseguiste la tranquilidad y paz que merecías, donde tus vecinos aún te extrañan y recuerdan tus conversaciones donde siempre habían sonrisas porque tu irónica visión de los acontecimientos diarios, provocaban risas. Volcado en tus tierras, tus animalitos y los tuyos era el objetivo de cada mañana.
Tus partidas de baraja en el Bar de Marrero, tus cuentos y tus risas marcaron las tardes vecinales compartidas. Las mismas veredas que antes pisaron tu padre, tu abuela, tu bisabuela y tatarabuela, también vieron tus pisadas, el campo duro y agradecido que dignificaste con tu buen hacer.
Tu vida, tu sacrificio, tu trabajo, tu sonrisa al ver a tus nietos, o soñarlos a los venideros, te hicieron presente. Tan presente, que cada día te nombramos más, te recordamos más y te extrañamos más.
Querido padre, te conviertes ahora en una luz en el camino, y cierro los ojos y puedo sentir tu mano fuerte y segura tirando de mí, me empujas cada día y sin pretenderlo se me escapa una lágrima pero esta vez de paz, porque lo vivido ya no lo cambiamos, y tu recuerdo se convierte en el mejor de los homenajes. Cada 26 de enero se vuelve duro, se te extraña “viejo”.