martes, 20 de agosto de 2024

Mi abuela

 







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La Revista Tamasma Cultural, Inicio | Revista Tamasma Cultural interrumpió su divulgación online, el pasado mes de mayo. Allí teníamos un apartado de Genealogía, con el título "El legado de los abuelos", este artículo que se reproduce fue incluido en su última actualización, y como no es un "adiós", sino un "hasta luego" está bien resaltar lo que tanto nos apasiona.

Luisa Chico y sus colaboradores seguirán ofreciendo sus trabajos a través de Acte Canarias, Asociación Cultural Canaria de Escritores/as. Acte Canarias. | Asociación Cultural Canaria de Escritores/as ACTEasí que, les invito a pasearse por la Literatura Canaria y su sabiduría.

Título: Mi abuela

Abrir puertas para divulgar genealogía, es lo que ha hecho la Revista Tamasma Cultural, los artículos dentro de “El legado de los abuelos”, fueron realizados con profunda ilusión y con horas de investigación, queríamos que el público general se interesase por nuestras raíces y sembrar en cada lector la semilla para armar su árbol genealógico.

Cada apellido y biografía es un comienzo para a través del conocimiento se puedan conocer la historia de vida de los personajes y de un pueblo. Solo nos dio tiempo de esbozar raíces del pueblo de Candelaria y de la isla de Tenerife.

Quedan invitados a iniciar o continuar su búsqueda personal con ese trocito de historia propia que desconoce y estoy segura que le asombrará.

Esta publicación online, nos ha permitido contar historia, y la propia historia individual es la que arma la historia de los pueblos. El pueblo de Candelaria y sus vecinos se han asomado tímidamente. Así, hemos conocido a Doña Lola, la partera de Candelaria, a Lucrecia Rodríguez Sabina, a María Ciriaca Delgado Navarro, a Manuel Sabina el portero del ayuntamiento, hemos podido desarrollar el apellido “Sabina”, y “Duarte”. Les contamos de herencias, contribuciones, y hasta un episodio de presos fugados en 1916.

Nos quedaron muchos datos que sacar a la luz, historias antiguas que importan, y mucha genealogía que compartir. Lo seguiremos haciendo. En este punto y aparte se reparten abrazos afectuosos para todos los lectores que en silencio apreciaron nuestras letras hiladas, gratitud a la redacción y dirección de Tamasma Cultural por permitirnos el regalo de trasmitir un poco de esta Ciencia, y les emplazamos a seguir construyendo historia. La Genealogía está viva.

¿Dónde buscamos a nuestros antepasados?

Los censos de población son una herramienta para ver relacionados a nuestros abuelos, hay censos civiles en los archivos municipales, algunos están al público online, por ejemplo, Santa Cruz de Tenerife, los ofrece en la siguiente dirección:

Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife: Archivo Municipal

En el Archivo Histórico Diocesano de San Cristóbal de La Laguna, también podemos acceder a los que se realizaban por el Clero, para ello, debemos solicitar cita previa a través de la página https://www.obispadodetenerife.com/archivo-historico/

En las diferentes publicaciones que entre otras editoriales ofrece, Le Canarien  https://lecanarienediciones.com/,

Edigeca: https://www.facebook.com/EDIGECA.Editorial.Genealogica.Canaria/

En las hemerotecas de la Universidad de La Laguna: https://www.ull.es/servicios/biblioteca/servicios/prensa-canaria-digitalizada/

Y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria: https://jable.ulpgc.es/

Hay un archivo perecedero con fecha de caducidad, y son nuestros mayores. La Historia Oral de nuestros abuelos muchas veces son realmente los que nos da el conocimiento de nuestra historia más cercana. Si no sabemos valorar la experiencia, sabiduría, conocimientos de nuestros abuelos, no sabremos nunca el color que tiene nuestro pasado para valorar el presente.

Las largas tardes de verano, escuchando las “conversas” de mi abuela, fueron la enciclopedia de mi vida, como “hilaba” parentescos de tantos primos como teníamos fue un regalo que hoy me cuesta desenvolver. No escuchaba con la atención debida, a veces, me parecía hasta repetitiva con sus historias. Hoy daría lo que fuese por volver a escucharla, aunque fuese un ratito nada más.


Mi abuela Rosa Benita Marrero Torres, fue mi primer libro de genealogía, mi primera colección de postales, mi primera lata de fotos viejas, mi primer cuaderno con árboles genealógicos, mi primera cronista de pueblo, mi primera y única maestra en el arte de componer la vida. En este último artículo (de momento), quiero rendirle el homenaje que se merece, su imagen. Mi gran amor hacia ella, volcado en unas líneas.



Si aún tienes una abuela como la que yo tuve, “estrújala” a preguntas, graba su voz e imagen, deja que sus recuerdos se hagan presente y sobre todas las cosas, pon en valor su propia historia de vida.


@Toñi Alonso Rodríguez



[1] La imagen de esta rosa, es utilizada en las conferencias, charlas, trabajos que presentamos. Es del rosal que mi abuela materna nos legó. Su olor inconfundible nos recuerda la niñez, la raíz perfumada de nuestra familia, intentamos reproducirlo y que no se pierda en homenaje a nuestra abuela.

martes, 18 de junio de 2024

Las montañas de Anaga


Cada vez que me asomo a la cordillera de Anaga, veo su sonrisa esbozada entre las nubes. 

La primera vez que oí hablar con gran amor de estas hermosas montañas que aparecen en el horizonte cuando entramos en santa Cruz de Tenerife desde el Sur de la Isla, fue a Ana María Medina, mi madrina de confirmación.

Ana María, me enseñó amar lo que me rodeaba, mi pueblo, mis amigas, mi familia, la naturaleza. Tenía esa habilidad de la sencillez amorosa. Cuando volvía de alguna visita a San Miguel de Abona, su pueblo. El recado que me llegaba era: "dile que tengo una cosita dulzona" y allí me esperaban los mantecados y galletas que eran un tesoro con olor a canela.

Cuando yo empezaba a dudar de mis cualidades, ahí estaba ella para recordarme mi valía. Siempre pensé que solo ella las veía. Era como esa hada madrina que aparecía cuando más la necesitabas, y solo tenía que hablarme con decadencia y seguridad. Gracias madrina, por ocuparte de mi autoestima, por regalarme aquella semana de filosofía Zen. Y ahora que lo pienso por tantos pequeños guiños de alegría que impregnaron mi juventud.

Se me hizo complicado entender que te ibas tan rápido, te refugiaste en tu casa y los tuyos más cercanos y no quisiste que supiera de tu enfermedad. Demasiado tarde para darte abrazos, demasiado tarde para lamentar no haber estado más cerca, demasiado tarde para tristeza. Porque tu fuiste todo lo contrario, alegría y sabiduría de la buena.

Querida Ana María, tenías tantos ahijados como Amor del bueno por regalar. Y después de tantos años sin poder verte y abrazarte es ahora que la necesidad de gratitud me lleva a escribir sobre ti. No descubro nada nuevo, si les digo que aquellos momentos compartidos con ella fueron de lo bueno, los mejores.

Y ahí están ellas, las montañas de Anaga que cada día me recuerdan que el corazón enorme de una mujer sencilla del Sur, fue y será su mejor embajadora. Si quiero tanto esas montañas, no es solo por su historia. Es porque Ana María me las mostró con otros ojos, con los ojos del alma.



Este escrito nace para agradecer los pequeños detalles que hacen grandes a las personas. En Memoria de Ana María Medina.

domingo, 3 de marzo de 2024

LA CYCA

 

LA CYCA


Tanto vaivén me tiene molesta, fue sacarme del invernadero y ya Pablo me estaba cortando algunas puntas, ¿por qué no me dejará tranquila?, me ha rodeado de una cinta transparente que no me deja respirar bien y ahora me quita la luz dentro de esta caja de cartón, no estoy sola porque me acompañan algunas hermanas más, pero detesto tanto movimiento.

Dentro del camión vamos apretujadas, y nos colocan en una cinta, otra vez los vaivenes, ahora con mucho ruido, me llevan dentro de un avión con destino a Bélgica, tan lejos… si en el invernadero Magaliflor en Candelaria estoy bien, me cuida Pablo, me da agua, y abono y no me deja criar cochinilla. Pero se ve, que estoy bonita por eso me exportan junto a otras especies a Europa. Son los años ochenta, y Tenerife destaca por enviar planta viva de las más hermosas al viejo continente.

Después de tantos tumbos, me van a colocar en la recepción de la Comunidad Económica europea en Bruselas, estoy muy a gusto aquí, hay unas cristaleras enormes que me bañan de luz, unos operarios que me ponen bonita y muchos sacando fotografías a la nueva decoración un tanto exótica del nuevo edificio. Soy la Cyca más esbelta de todas.

Han pasado los años, estoy bien hermosa, grande, lustrosa, mis pequeñas púas están intactas no me las cortan y hoy he tenido una grata visita, la hija de Pablo mi cuidador de chica, me ha venido a ver, junto a un número importante de mujeres, organiza una visita a este edificio, pero ella no sabe que yo la conozco, pero sí, la recuerdo con su pelo largo y carita redonda, está hecha una mujer, y me saca fotografías como tantos visitantes.



Este texto nace del taller: Escribir en tiempos virulentos. Está dedicado a mi padre, que junto a sus compañeros contribuyeron a una actividad dura, como fue la agricultura de planta viva, que eran en su mayoría exportadas a Europa.