viernes, 18 de octubre de 2019

EN TODAS PARTES

Foto: Herraduradepalabras

A medida que nos acercábamos al puente de piedra mi corazón latía con más fuerza, una sensación de ahogo se apoderaba de mí, no quería volver la mirada hacia la ventana superior del caserón que estaba a nuestra derecha, entorne los ojos, respire y continúe en silencio.
La conversación de Daniel me devolvió al presente y disfrutamos del paseo hasta los jardines de la Villa Balbianello, el paisaje nos arropa y consigue que creamos que pertenecemos a este trozo de Tierra. Sin prisa, recorremos el ancho sendero que nos devolverá al embarcadero, de nuevo, la sensación de ahogo al pasar bajo el puente.
Esta vez no puedo ignorar que mi estado de ánimo se ve alterado, y me sorprende la serenidad con la que Daniel me habla.
­˗No te preocupes, está solo mirando, parece perdida, pero es tierna y no es tan vieja…
Tomé aire y sin poder dirigir el caudal del mismo, susurré.
˗ ¿Tú también la ves?
˗ Claro, mamá, no recuerdas que te conté lo que me pasó hace mucho, quizás no le diste importancia, era mi adolescencia loca, pero fue real, yo también veía el fantasma de la abuela.
Estaba claro que aquel episodio le marcaría para siempre. Si podía ver a la abuela, también podía ver a los demás. Ya en silencio, recorrimos las callejuelas de Lenno y regresamos en barco. Mientras el agua del lago salpicaba los cristales de mis gafas, recordé que esta vez viajaba sola, que los recuerdos aunque reales no me pertenecían, Los bellos rincones que visitaba, lo que comía y lo poco que conversaba, no me devolverían a mi amado hijo, y aunque le veía nitidamente sentado a mi lado nadie más podía.
Regresar a Italia no había sido una buena idea. Él está en todas partes y yo, en ninguna.

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