lunes, 24 de agosto de 2020

Buscando Raíces

 

Mis pasos seguros al pasado, se convierten en una aventura de sentimientos. Mi tatarabuela Fabiana María Concepción Pérez Gómez, nació en la Villa de Arico el año 1842. Y yo visito por primera vez sus veredas, paseo por dónde ella lo hizo y me impregno de la historia de este maravilloso pueblo del Sur de la Isla.

Sus casas, aún de pie resistiendo el paso del tiempo y la soledad, se abren ante mí. Las escaleras de tea sin peldaños, bailan ante mis ojos, conocedoras de tantas vivencias pasadas. Cada rincón del camino, se muestra como flor abierta en verano, y la brisa de la tarde me susurra amores perdidos y olvidados.


Rescato de mi memoria, la imagen serena y seria de Fabiana. Su legado se resiste a morir, entre estas lajas chasneras y tuneras. Y en cada puerta desvencijada reconozco un atardecer de "conversas" y costura. Los chaplones se iluminan como antesala de acontecimientos familiares y aunque sus moradores ya no estén yo les presiento sonrientes, gente trabajadora. Luchadores por vidas mejores, que fueron capaces de abandonar el refugio de su hogar y emigrar. Atravesar el océano y volver a construir un futuro. y algunos como Fabiana volver a su casa. Volver a empezar y con 80 años cerrar los ojos, en otro pueblo sureño. Candelaria, le vio partir en 1914.


Tras las ventanas medio abiertas, el pasado se apodera de mi, y apenas puedo respirar, Fabiana tenía dos hermanas: Luisa y Amalia. Ahora se que heredamos también sus nombres. Ahora se que el sol de estas montañas, y el aire que se cuela en sus barrancos también me han moldeado.



Busquemos nuestras raíces, sin querer encontrar cosa concreta. Porque el azar, la casualidad, o lo ya escrito, nos encontrará a nosotros. Solo tenemos que dejarle pasar.

Ahora cada vez que necesite estar arropada y segura, visitaré Arico. La búsqueda de mi comienzo ya terminó.

Toñi Alonso 24/agosto/2020.